Señor Buitrago, a partir de la fecha, máximo tres huevos por semana.
– Con algo de nostalgia le respondí: Doctor, yo vivo solo.
El médico, con cierto tonito de no sea bruto, replicó :-Que usted viva solo, no garantiza, que en algún restaurante no se lo vendan. Tiene que dejar los huevos en general, el de codorniz, el de pato, pero fundamentalmente el de gallina.

– Bueno doctor, en ese caso tampoco habrá problema, al fin y al cabo, como está el país, para comerse un huevo uno tiene que ponerlo, y yo sufro de dolores en la cintura que me impiden hacer mucha fuerza.
– Le estoy hablando en serio señor Buitrago, el huevo es bastante peligroso.
Mientras otros te hablan de su poder nutritivo, éste te lo prohíbe. Me incorporé, me puse el saco, coloqué dos billetes de cincuenta mil pesos sobre su escritorio y salí, antes de que me siguiera prohibiendo cosas.
– Puede quedarse con las vueltas, tengo que irme, acabo de recordar que tengo una cita urgente con una amiga.
Salí del consultorio, Iba en la mitad del pasillo cuando me alcanzó la enfermera asistente del médico y me dijo con tono autoritario:
– Señor Buitrago, el doctor le manda decir que se muere de la pena, pero faltan veinte mil pesos.
– Señorita, dígale a su jefe que yo le mando decir que tiene mucho huevo, y seguí mi camino.
Después, sentado en una banca del parque cercano a mi casa, me formulé una serie de preguntas:
¿Al fin qué? ¿cómo es la vaina con el huevo?
¿Por qué para decir que algo vale poco o nada se utiliza la expresión vale huevo?
¿Por qué cuando un futbolista se le tira a un tren, es guerrero, batallador y gladiador, se dice que le sobran huevos?
¿Por qué esté médico me dice que el huevo es bastante peligroso mientras en primaria la profesora Teresa (muy bella, por cierto) nos hablaba todos los días acerca del poder nutritivo del huevo, a tal punto que nos sugería uno diario, y nos aseguraba con cierta malicia, que ella no rebajaba su huevito matutino?
Las narrativas en torno al huevo están bastante polarizadas, pero voto por él pase lo que pase.
Al margen de cualquier debate, lo importante de un huevo, es que sea fresco, y para saber si lo es, les comparto esta fórmula:
Dentro del huevo existen dos membranas pegadas a la cáscara, con el paso del tiempo, estas membranas se separan y dejan un espacio llamado cámara de aire. A medida que el huevo envejece el espacio se hace más grande, por ello, al meter un huevo en un vaso de agua, si es fresco se hunde, pero si es de vieja data flota. Esta fórmula tiene comprobación científica, nadie podría decir que tiene huevo (la encontré en una enciclopedia, hice la prueba con dos, y vieran como flotan).