Por: Alexander Garzón Ferrer Columnista Invitado. Aunque la primera versión en videoclip del himno de Colombia se conoció hace cerca de 40 años, solo en el mandato de Álvaro Uribe se institucionalizó cambiarlo en cada gobierno.

Sin embargo, este 7 de agosto (de 2022), se presentó por primera vez de manera simultánea, con la llegada de un presidente a la casa de Nariño, el nuevo video del himno, siendo un detalle adicional al manejo de las comunicaciones en las entidades del orden nacional –que yo recuerde-, donde, al parecer, hubo varios lineamientos definidos desde el primer día de gobierno.

Pero además, la ‘versión Petro’ del epinicio escrito por Rafael Núñez plasma por primera vez, audiovisualmente, las propuestas políticas para los próximos cuatro años, reduciendo significativamente la imágenes farandulescas las propuestas anteriores y que en la de ahora se limita –quizás– a cuatro planos que suman menos de tres segundos de Karol G, Nairo Quintana y las selecciones de fútbol masculina y femenina.


Precisamente son las mujeres las que se llevan el mayor protagonismo en el clip; son ellas las que más se resaltan en diferentes situaciones y oficios, en donde también son protagonistas los afrocolombianos, campesinos, indígenas y la comunidad LGBTIQ+.
Y aunque es menor la participación de las fuerzas armadas, queda claro el mensaje de soberanía y seguridad que éstas tienen, pero teniendo presente la importante misión que se ha recalcado deberán enfrentar como “fuerzas de paz”.
Cultura, agro, medio ambiente, deporte y educación, con referencias claramente sociales (humanas), son el eje del video que ya se encuentra en los canales de YouTube de todos los ministerios y otras entidades del orden nacional.